miércoles, octubre 17, 2018

TERRA INCOGNITA



La insistencia del Presidente Macri en las soluciones lentas, parciales y recesivas continúa preocupando a propios y ajenos. Su persistencia en reivindicar el esquema electoral elegido para 2019—enfrentar a una Cristina Kirchner líder del peronismo- complementa el cuadro de enorme incertidumbre, no tanto ya acerca de sí podrá ser reelegido, sino de lo que la ciudadanía percibe como el paisaje bien conocido del tablero político dado vuelta, dónde cabe esperar cualquier cosa. Es decir, tal como indican la desazón y la falta de comprensión generalizadas—desde el Presidente para abajo—acerca de por qué ocurre lo que ocurre, hemos entrado en un territorio desconocido. Estamos, una vez más, en la terra incognita de un destino nacional donde todo, desde el fracaso más estrepitoso hasta un inesperado éxito, es posible.

¿Qué se esperaba del Presidente Macri? Una enérgica política liberal y una muñeca política capaz de enlazar a ese amplio sector del peronismo que le es afín y que aún hoy no tiene liderazgo. Sin embargo, salvo la energía inicial desplegada al comienzo para abolir el cepo y mejorar ampliamente las relaciones internacionales, el Presidente Macri prefirió protagonizar una tibia y lenta reforma al estilo radical—compatible en lo político con lo que Jorge Asís llama el tercer gobierno radical, aunque en rigor sea el séptimo. Así, el Presidente Macri continuó confrontando con el peronismo, poniéndose incluso inoportunamente en contra a un movimiento obrero al que hubiera debido asociar.  ¿Puede esto cambiar? ¿Escuchará el Presidente a sus mejores instintos populares? Sí, esto es todavía hoy absolutamente posible, aunque no se puede asegurar que ocurra.

Lo que sí se puede asegurar, después de estos casi tres años de reforma lenta y con sólo la mitad de los socios políticos posibles, es que con la estrategia elegida no se llega adónde se pretendía llegar ni en lo económico, cada vez más pobres y con altísima inflación, ni en lo político, cada vez con más divisiones y confusión. La Argentina no precisa un presidente que use la tradicional división peronismo-antiperonismo en su favor para un imaginario beneficio electoral—eso ya no es seguro—sino  uno que la elimine, del mismo modo que hizo Carlos Menem en los años 90, mostrándose como un peronista capaz de abrazar al liberalismo. El problema del Presidente Macri, es que actúa como un radical y no como un liberal, sin que ninguno de sus consejeros le indique la opción que tiene abierta de actuar como lo que es en realidad, un liberal, capaz de abrazar al peronismo con una pasión que incluya al movimiento sindical en su conjunto, obligando a todos a avanzar en el camino de la modernidad. Pero, en la terra incognita pueden suceder las más inesperadas alianzas y, también, los más revolucionarios cambios de estrategia.

Más allá de la figura presidencial, la historia de la Argentina y de los argentinos sigue su curso, con sus mismas necesidades irresueltas de intensa y veloz reforma y de cabal comprensión de la alianza política que es imprescindible para llevar a cabo la reforma con éxito y hacerla perdurar en el tiempo. En la terra incognita, una figura como la de la ex presidenta puede, por necesidad, hacer un bis del 2015 y volver a usar a Scioli como su representante, abrazado esta vez por todo el peronismo y representando vengativamente lo que Macri no proveyó: una continuidad en el tiempo de la Argentina exitosa de los 90, bendecida hasta por el kirchnerismo a cambio de la libertad de sus dirigentes.

Todo es posible, incluso que la visión de un desarrollo impensado de los acontecimientos cree una realidad totalmente distinta de la cual emerja, ya no la figura salvadora, sino la necesidad colectiva, claramente expresada, de sentar bases reales pare el crecimiento y la prosperidad. En estos días de profundas ignorancias exhibidas en toda su desnudez, llama la atención que la persona con más importante experiencia en la creación de una economía exitosa—la de los años 90—continúe siendo asociada al fracaso de un gobierno radical al que no pudo salvar, ninguneada, ridiculizada e incluso perseguida. En la terra incognita que hemos comenzado a transitar quizá deberíamos volver a mirar a Domingo Cavallo con la mirada puesta en los hechos tal como fueron y preguntarle cómo se regresa al buen camino. Si alguien sabe, ese es él.