jueves, julio 08, 2010

EL PERONISMO LIBERAL Y EL DERECHO DE FAMILIA

(Publicado en Peronismo Libre;
http://peronismolibre.blogspot.com)


Propulsado por el kirchnerismo, el debate sobre el "matrimonio gay" apasiona a buena parte del peronismo cristiano y del liberalismo conservador, quienes ven en este tema la ocasión de reafirmar ya valores cristianos, ya valores conservadores acerca de la familia tradicional y, de modo más mezquino, embestir contra el progresismo en general. En rigor, más que de una creatividad política kirchnerista, se trata de un debate avanzado por la generación setentista, la cual --debemos recordarlo-- fue la que avanzó en el reconocimiento de los plenos derechos de la mujer y de las minorías, y que esta generación se expresó tanto dentro del peronismo como dentro de otras fuerzas políticas. No se trata entonces de un tema político patrimonio del kirchnerismo sino de un tema cultural que toca a la sociedad argentina en su conjunto, y de modo global al conjunto de la humanidad, además, desde los años 60. A su vez, el tema cultural no es sólo un tema de debate cultural sino un tema ampliado por el conocimiento científico más reciente acerca de la conformación de la identidad sexual y también por el avance tecnológico que permite intervenciones antes impensadas en el tema de procreación, readecuación de sexo, etc.

En el caso del llamado “matrimonio gay” lo que se está discutiendo en realidad es el nuevo derecho de familia que debe aplicarse a familias constituidas de un modo diferente al la familia tradicional. La dificultad principal está en la negación de la existencia de este tipo de familias, que existen sin un reconocimiento legal. Una vez más y como la realidad es la única verdad, el peronismo podría tener una vista menos nublada por las preferencias ideológicas del pasado o por la militancia religiosa personal. Como en la Argentina existe la separación de la Iglesia y del Estado, nadie debería discutir la posición de la Iglesia Católica ya que esta forma parte de la esfera privada. Los diputados y senadores deberían en cambio dedicarse a hacer lo que deben, regular la esfera pública, revisando el derecho de familia de forma de abarcar todos los tipos de familia existentes, heterosexuales u homosexuales, unidas o divorciadas, y la normativa a seguir en todas las variantes de unión, desde el matrimonio al concubinato, de separación y divorcio y de procreación, adopción y crianza de niños, en todas las variables. Lo que tenemos, y bien lo han hecho notar algunos legisladores, es una legislación antigua y contradictoria, donde no se puede agregar una nueva normativa sin revisar el conjunto. Es todo el derecho de familia que precisa ser actualizado y modernizado.

Es de sumo interés nacional, por cierto, preservar a la célula básica de la sociedad, que es la familia, sólo que es necesario ahora comprender que existe más de un tipo de familia posible. Más allá de los dogmas, lo que manda es la realidad, y toda realidad merece su legislación, si de verdad pretendemos una comunidad organizada. Desde un punto de vista peronista y desde un punto de vista liberal, nada más justo que reconocer los derechos civiles, y desde un punto de vista espiritual, sólo cabe la generosidad de aceptar nuevas familias para evangelizar.