viernes, enero 03, 2014

EL MOVIMIENTO SUSTITUYENTE

(publicado en http://peronismolibre.wordpress.com)

Digamos con todas las letras lo que muchos piensan y dicen en privado, sin que prácticamente nadie en el horizonte político se atreva a enarbolar este tema como el tema más urgente de discusión. Estamos viviendo en un país paralizado por las malísimas decisiones económicas que no tienen en cuenta la realidad de las necesidades productivas y de inversión, decisiones además que mostraron su tremendo impacto en la vida cotidiana con la crisis de energía eléctrica en los últimos días del año 2013. Sólo unos escasos miembros del gobierno se animan todavía a dar excusas, no sólo por esto, sino por los importantísimos casos de corrupción que tocan a la familia presidencial, al vicepresidente y a más de un ministro. Y si vivimos en democracia y bajo la constitución, por cierto debemos resolver este problema por las vías que la constitución indica. No se trata de ninguna manera de dar un golpe institucional ni de organizar maniobras destituyentes destinadas sólo a derrocar a una persona. Se trata más bien, de sustituir un equipo extremadamente incompetente para hacer frente a una crisis que cada día, por los errores acumulados, se revela más profunda, compleja y difícil de revertir aplicando las mismas recetas. Se trata entonces de sustituir y no de destituir.


Es posible que el actual gobierno continúe considerándose a sí mismo competente aún cuando los horribles resultados están a la vista y su fracaso se agiganta día a día. Lo que no es posible es que la población en su conjunto, el Congreso de la Nación y la Corte Suprema de Justicia acompañen el autoengaño sin mover un dedo. No es posible volver a vivir un año de parálisis económica y financiera y no es posible cerrar los ojos ante todos los escándalos de corrupción que alcanzan a la primera magistratura, la vicepresidencia y los acólitos, incluyendo a la mujer de un gobernador igualmente cuestionado como es el gobernador de Tucumán. No es posible imaginar que este estado de cosas se prolongue, ni siquiera con la nueva fantasía del gobierno de tener un general propio que les garantice un golpe militar igualmente propio. Sería olvidar que dicho militar tiene bajo su mando a militares tan indignados como el resto de la población y difícilmente sobornables por quienes continúan siendo sus viscerales enemigos.


Por lo tanto, en el horizonte más cercano, sólo puede esperarse que el movimiento sustituyente, calmo y dentro de la ley, termine ganando voluntades en el Congreso de la Nación y la Corte Suprema y consiguiendo de un modo pacífico un nuevo equipo de gobierno que asegure una transición ordenada y lúcida hacia elecciones que deberán por fuerza tener una fecha más cercana. No podemos vivir bajo un gobierno comandado por un ejecutivo que hoy carece de toda autoridad y respeto, algo muy evidente hoy aún entre aquellos que dependen de sus planes, dádivas o sueldos.


Los argentinos hoy tenemos un solo problema: un Poder Ejecutivo corrupto e incompetente. Tenemos un Congreso con muchos hombres y mujeres recién elegidos, capaces de hacer reflexionar a los que seguramente no querrán quedar atrás, pisoteados por la historia. Tenemos una Corte Suprema con escasa vocación política que quizá no quiera verse envuelta en el tardío sostén de un Ejecutivo ya demasiado manchado como para dudar. Tenemos un buen número de buenos y responsables gobernadores de estados provinciales. Tenemos mucho más de lo que creemos: un gran capital político que sólo tenemos que reconocer para que nos sirva.


Vivir en democracia no quiere decir soportar cualquier cosa en nombre de los calendarios electorales, sino usar los instrumentos de esa democracia para lograr la hoy asaltada grandeza de la Nación y la desde hace ya bastante tiempo olvidada felicidad del pueblo.


No se trata de abrir la caja de Pandora, sino de cerrarla, justamente. ¡Feliz 2014!