¿Qué piensan hoy los centenares de miles de invisibles peronistas que
no fueron a votar en las PASO porque no había una primaria en el PJ y solo tenían la lista única kirchnerista del Frente de Todos para elegir?
¿Qué piensan hoy los centenares de miles de peronistas que votaron masivamente
al peronista Santilli de Juntos por el Cambio en la provincia de Buenos Aires?
¿Qué piensan los peronistas con un lugar prestado en el PRO, sin formar
un espacio formal de partido en Juntos por el Cambio al igual que el Partido
Radical?
¿Qué piensan los muchos gobernadores e intendentes peronistas opuestos
al kirchnerismo pero que se mantienen callados?
No sabemos. Todo es especulación en cuanto al destino final del peronismo.
¿Será capaz el peronismo de cumplir el legado de Perón, presidente por
tercera vez y declarando que la revolución peronista había terminado y que, con
su asunción al gobierno y al poder, comenzaba la etapa institucional. Es decir,
la etapa republicana y de los partidos organizados donde se dirimirían las
diferencias por medio de internas primarias antes de competir en las elecciones
generales con el adversario radical y otros partidos. Fin de los golpes
militares y fin del movimientismo: el PJ republicano nació allí.
El peronismo republicano, un
legado del General Perón
La muerte del Presidente Perón, el cuestionamiento de Isabel Perón por
varias facciones desleales y las diversas guerrillas trajeron una vez más el anticonstitucional
orden de un golpe militar. Con el regreso a la democracia en 1983, sin embargo,
el legado institucional se recuperó y así continuó, perdiendo o ganando hasta
el momento exacto en que el PJ dejó de funcionar dentro de las reglas.
¿Quién recuerda hoy la puerta
exacta por la que se entró en el fenomenal lío que hoy vivimos?
Fue a fines de 2001 y comienzos de enero del 2002 cuando Eduardo
Duhalde, que no había podido ser elegido ser presidente en la elecciones de
1999, llegó al poder por medio del golpe institucional que derrotó a de la Rua.
La manipulación del PJ se consolidó allí y, desde entonces, el PJ y los
peronistas afiliados y simpatizantes del mismo, perdieron el poder que dan una
afiliación renovada e internas obligatorias en las cuales las diferentes líneas
y posiciones se expresan y compiten. Suprimidas las internas, se perdió también
el semillero de renovación de dirigentes.
Secuestrado por Duhalde primero y por los Kirchner después, en los
últimos doce años el PJ sólo sirvió como disfraz de peronismo para Cristina
Kirchner, una dirigente bastante manos inteligente de lo que se cree. En
efecto, si en estas últimas PASO hubiera organizado una verdadera interna en el
Frente de Todos, no hubiera tenido que cargar con la pesada e inexcusable
derrota con la que carga ahora. Los peronistas se fueron a otra parte, como lo
vienen haciendo desde hace mucho tiempo.
Los peronistas sin casa propia
Los peronistas que hoy deambulan en el páramo o son adoptados por
Juntos, sin embargo, no han olvidado su hogar. La puerta de regreso a la
normalidad del país, con una institucionalidad plena que impida que extremismos
se hagan con el poder, está en la recuperación plena del PJ, al cual la
justicia debería obligar a cumplir las reglas democráticas.
Por supuesto, a muchas fuerzas opositoras no les conviene la
recuperación legalista del PJ y esto quizá explica la desidia de la Justicia. A
Juntos, por ejemplo, no le conviene un PJ reorganizado ya que los peronistas
que hoy alquilan su espacio, volverían a su casa propia y competerían con ellos
sobre bases igualmente lógicas y, muy posiblemente mucho más liberales, si una
línea de rescate del menemismo- cavallismo se impusiera.
Por qué a la Argentina le
conviene la institucionalización del peronismo
A la Argentina que entró en lío actual por culpa de la desinstitucionalización
del peronismo, le conviene la institucionalización de este. No solo para
sacarse de encima para siempre al kirchnerismo extremista, sino para ofrecer
alternativas competitivas y renovadoras, capaces de realmente sacar de la
pobreza a ese 50% que de ningún modo la merece. Es el peronismo el que,
apoyándose en sus sindicatos, puede crear una conversión inmediata, por medio
de la bancarización individual y del sueldo (en vez de plan) a cambio de
formación o trabajo, brindando a cada individuo una inmediata pertenencia no a
un partido ni a un dirigente, sino al sindicato que le brinda la formación y lo
acerca al trabajo.
El peronismo tiene su propia tradición y su propia sabiduría para
ofrecer, esa que en las sombras se ha ido renovando y adaptando a las nuevas
condiciones del siglo y de la historia. Su clave es el ámbito institucional: el PJ
secuestrado debe ser recuperado y organizado como la casa común.
La puerta de entrada es la puerta
de salida
La puerta por donde se entró en la decadencia final del país de estos
días fue la eliminación del PJ como espacio republicano y sujeto a las reglas
comunes de afiliación e internas obligatorias. La puerta por la cual se sale hoy
es la recuperación del PJ como espacio correctamente institucionalizado.
No sabemos qué piensan los peronistas hoy pero sí sabemos lo que
deberían comenzar a reclamar y hacer, para ofrecer una alternativa viable y
evitar las bochornosas y ridículas internas unipersonales donde las mayorías
son excluidas, sin voz ni voto.