lunes, junio 30, 2025

LA COMPOSICIÓN DEL CENTRO LIBERAL

 

Mientras algunos siguen obsesionados con la conformación de una única lista que contenga a los semejantes, muchos se han dado cuenta ya de la irrelevancia real de la discusión, basada solo en la necesidad de sostener el ego presidencial, del lado del gobierno, y de la ex presidenta Kirchner, del lado del sojuzgado peronismo.

En las próximas elecciones no se elige presidente.

Tampoco se elige gobernador.

Se eligen solo diputados y senadores provinciales y nacionales. Individuos que no están obligados a actuar como alfiles de un jefe u otro, sino que hoy, más que nunca, están obligados a salvaguardar su identidad real y su verdadera intención política profunda.

La Argentina hoy es un territorio político fértil para la emergencia de los mejores profesionales, de los más honestos y creíbles que puedan expresar a la gran mayoría de los argentinos. ¿Qué piden estos? Una economía decididamente encaminada hacia la libertad pero con destreza social. Cuando millones de argentinos han descendido hacia una irrepresentada clase pre-peronista, con trabajos marginales en el mejor de los casos, apenas educados  y sin beneficios de jubilación y salud, es evidente que hace falta un gobierno muy diferente del que tenemos.

Un gobierno que puje por una economía de libre mercado que asegure el máximo de inversiones y que, a la vez, retome con nuevos instrumentos lo mejor del peronismo para asegurar una rápida inserción en la comunidad productiva de los pobres sin educación ni trabajo. Ese es el gobierno al que aspira el centro liberal: ni anarco-capitalista ni kirchnerista.

Entre esos dos extremos de gobierno, incompletos o equivocados, los candidatos del centro liberal conforman una multifacética unidad que no precisa, por ahora, el nombre de una alianza. Precisa, en cambio, la lucha individual de cada uno de ellos por acceder a las bancas y poder así estructurar en el Congreso una genuina mayoría que vote las leyes que sirven simultáneamente al progreso armónico de la comunidad, tanto en la economía como en lo social. Los candidatos del centro liberal están unidos en una alianza secreta y no explícita, unidos por un temperamento y un ideario común.

Cuentan los individuos y cada partido se ocupará de ubicarlos en el mejor lugar, el de mayor influencia y visibilidad, con clara diferenciación de los extremos anarco-capitalistas con su grosero discurso, y del kirchnerismo resentido e improductivo. El mensaje del centro liberal llegará y llevará esperanza allí donde hoy falta.

Sigue siendo muy importante la figura de Mauricio Macri con su PRO intacto en su identificación con ese centro liberal moderado y educado, capaz de contener tanto al radicalismo como al peronismo liberal. Junto al ex presidente, muchos otros dirigentes del peronismo, el radicalismo, la Coalición cívica y demás partidos integrantes de la antigua coalición gestada por el PRO, pertenecientes a una nueva generación, serán los candidatos de una renovada clase de políticos profesionales.

Aunque en el ocaso, el kirchnerismo sigue dominando el peronismo, por lo tanto habrá que esperar hasta que el peronismo de nueva generación, liberalismo con justicia social, pueda recuperar sus banderas, su partido y hasta su nombre, hoy pisoteado por sus usurpadores. Cuando esta última renovación del espacio político nacional suceda, la Argentina quedará definitivamente instalada en el mundo como una nación moderna, insertada en una economía global de libre intercambio y con esa población de clase media con la que supo hacer la gran diferencia en América Latina. No habrá más riesgo de marcha atrás.

Mientras tanto, es el centro liberal el que tiene a su cargo tomar el próximo mando y mostrar que 2/3 de los argentinos ya no solo no volverán para atrás en la economía sino que avanzarán simultáneamente en el progreso social hasta llegar al soñado 3/3 de una nación moderna y sensata.