viernes, abril 17, 2020

LA ARGENTINA Y EL PROYECTO POSIBLE DE LA OPOSICIÓN



Como en una profecía auto-cumplida, el coronavirus vino a reforzar la locura nacional-proteccionista que desde hace unos años viene aquejando al planeta. Desde el Estados Unidos de Trump a la Gran Bretaña del Brexit, pasando en muchos otros países por diversos estadios de rechazo a la globalización, la negación planetaria acerca de los enormes beneficios que trajo la creciente intercomunicación comercial del planeta a partir de la caída del Muro de Berlín, no ha parado de crecer. La  Argentina, durante el lúcido gobierno de Mauricio Macri en este aspecto, con su punto culminante en la reunión del G-20 en Buenos Aires, hoy en el gobierno kirchnerista del dúo Fernández, se ha perdido mucho del terreno ganado. Desde el fatídico cepo final de Mauricio Macri a la parálisis económica de los presentes días de la pandemia, hemos permanecido a la espera de definiciones en el rumbo, con pocos resultados.

Hemos visto, en cambio,  recientes declaraciones del Presidente Fernández, unido en lo teórico a la Vicepresidente Fernández mucho más de lo que se esperaba. Ahora ya sabemos que es social-demócrata, estatista antes que liberal y muy dispuesto a proteger los ingresos del estado por retenciones a las exportaciones e impuestos a los ricos, y que no se preocupa por la emisión desmedida de pesos, además de insistir en espantar los dólares que quisieran transitar libremente por el sistema, en vez de abrazarlos y mimarlos, para animarlos a confiar en el país.
Tan cómoda en la gestión de la pandemia como el mismo presidente en su insospechada capacidad de liderazgo didáctico que genera—por ahora—una notable obediencia en los díscolos compatriotas, la muy callada oposición  no sabe bien qué hacer. Este no saber qué hacer y tener un perfil político tan bajo se debe esencialmente al mismo problema que aquejó a Mauricio Macri durante su gobierno: la predominancia, por debajo de las esperadas ideas supuestamente liberales de Macri, de las recetas y programas estatistas de una influyente mayoría radical que predominó allí donde el par debería haber sido el peronismo liberal que aún hoy espera su líder. Se trata de algo más que agregar un vicepresidente peronista a la fórmula presidencial. Se trata de abrazar sin timidez la excelencia de lo que se hizo en los años 90.

Así, ya provenga de liberales amigos y socios del peronismo que ya dio sus exámenes de modernidad, o de peronistas amigos y socios de un liberalismo con el que ya tuvieron una fructífera producción política, una oposición auténtica hoy debe volver a defender sin tapujos la apertura de fronteras, la eliminación de las retenciones a todas las exportaciones, la apertura inteligente del mercado favoreciendo por medio de créditos privados la exportación de las marcas argentinas, alertando y entrenando a los sindicatos en todas las nuevas competencias de las que deben hacerse cargo para defender del modo adecuado a los trabajadores del siglo XXI sin entorpecer a las empresas,  y, en primerísimo término, para que todo este conjunto de acciones sea posible, eliminar el cepo y permitir una nueva convertibilidad flotante para que las personas puedan operar en la moneda de su preferencia y los precios tengan un ancla estable y confiable, más allá de la emisión de pesos que pueda seguir creando inflación durante el tiempo de transición hacia una convertibilidad estable. El criterio de la oposición, en todos los campos, debe estar regido por la idea que es la libertad lo que proporcionará el crecimiento que tanto precisa la Argentina, y no las trabas o las restricciones.
Peronista opositor a la social-democracia estatista del resto del peronismo retrasado y/o llanamente liberal, el nuevo conjunto de peronistas y liberales, aún sin nombre ni líder que lo reclame, tiene un discurso posible y disponible, listo para usar. Justamente, el discurso didáctico que describe el proyecto que la población, harta de los malos manejos y desaciertos de unos y otros, está ansiosa por escuchar y acompañar, con tanto corazón como el que pone en salir a flote de la pandemia.