miércoles, junio 28, 2023

EL GIRO HACIA LA REALIDAD

 

Si algo faltaba para señalar el definitivo giro del kirchnerismo hacia la mal comprendida y siempre eludida realidad, la designación de Sergio Massa como candidato del ex espacio Frente de todos, ahora Unión por la Patria, salda la deuda.

Ya nadie duda de que, disfrazado o admitido, el giro hacia una economía de mercado, cada día un poquito más liberal, es lo que se viene.

En el peronismo, lamentablemente, el giro no fue la consecuencia de un debate interno que ayudaría a los millones de votantes de ese espacio a entender qué es lo que estuvo mal en la gestión kirchnerista. Sólo la presión de la realidad logró el resistido giro, aún no admitido en los discursos propios, aún pesando sobre áreas que no han entrado todavía plenamente en discusión, como la política exterior.

 La doctrina peronista dice Soberanía política: es decir, las bases y puertos chinos no tienen lugar en una Argentina justa, libre y soberana. No es la injerencia del FMI lo que resta soberanía, sino la autorización para que una de las dos grandes potencias que aspiran a la dominación mundial despliegue sobre el territorio nacional recursos de capacidad militar.

Revisando las bases elementales de la doctrina peronista, para que ese Sergio Massa que aspira a ser el nuevo macho alfa del peronismo, pueda transmitir correctamente a sus simpatizantes y menos convencidos compañeros de ruta los nuevos lineamientos realistas, se le puede recordar algo fundamental que difícilmente ignore. Independencia económica significa hoy que los capitales extranjeros y argentinos puedan regresar a invertir en el país con condiciones claras de estabilidad de la moneda y con una justicia confiable.

Por otra parte, Justicia social quiere decir hoy empleo registrado para todos los trabajadores con nuevas leyes laborales que protejan al trabajador sin desalentar el empleo registrado en todo tipo de empresas, desde las más pequeñas a las grandes multinacionales.

Llegó así la hora de un peronismo virtuoso, si quiere competir con chances frente a fuerzas opositoras que tienen las reglas del crecimiento y de la política exterior más claras.

Un peronismo que inevitablemente será liberal en lo económico, como venimos diciendo desde los años 90—la muestra cabal de que el peronismo es capaz de conocer el cómo y hacer en consecuencia.

El anti-peronismo puede seguir refugiándose en las fuerzas tradicionalmente opuestas no solo al kirchnerismo sino al mismo peronismo, siendo fieles a sí mismos.

El peronismo no kirchnerista puede refugiarse en las listas de Pichetto o en un Schiaretti candidato a Presidente, o dar un pícaro voto de confianza a Massa, si este confirma el rumbo del cambio.

A la Argentina, ya no le importan los nombres, como resalta el resurgir de los mercados de bonos y acciones: el giro ya comenzó.

Sea quien sea el preferido y elegido para la próxima etapa, el futuro colectivo ya está en la buena senda.

Después de 20 años de errar el camino.